El Museo de la Inclusión fortalece la red FIHRMLA

Es importante destacar que FIHRM-LA visualiza a todos los museos y sitios que forman parte de la red como potenciales transmisores de los derechos humanos. Por ello, esta red no incluye únicamente a aquellas instituciones cuya misión está orientada a la memoria de los graves crímenes cometidos por los Estados sobre su sociedad civil, sino que amplía su alcance para incorporar y asistir también a museos históricos, de arte, antropológicos, de ciencias o regionales, por solo nombrar algunos del amplio espectro temático. Cualquier museo, todo museo, puede hacer visible la importancia del cuidado y la defensa de los derechos humanos.

Un museo con una plataforma digital accesible

En mayo de 2021 su nuevo portal accesible, construido siguiendo las mejores prácticas en accesibilidad digital. Durante el lanzamiento, realizado el 17 de mayo —Día Mundial de Internet, establecido por la ONU—, se anunció que el sitio web recibió el Sello de Accesibilidad Digital, convirtiéndose en el primer museo de Brasil en obtener esta certificación. La transmisión en vivo se llevó a cabo a través de las páginas oficiales de Facebook de la Secretaría y del Museo de la Inclusión, y reunió cerca de 100 espectadores. La secretaría Célia Leão destacó la importancia simbólica de la fecha y subrayó que era la primera vez que un museo brasileño recibía el sello, coincidiendo además con la apertura de la Semana Nacional de los Museos y el aniversario de la certificación.

La accesibilidad digital aporta grandes beneficios a todas las personas, independientemente de si tienen alguna discapacidad, son mayores o se inician en la tecnología. Además de ofrecer autonomía en la navegación a quienes necesitan ayuda para realizar tareas sencillas y esenciales, también satisface un derecho ciudadano.

Cómo trabaja el museo

La base del trabajo del MPSP (Fiscalía del Estado de São Paulo) en materia de inclusión social es la construcción de una sociedad libre, justa y solidaria, con la erradicación de la pobreza y la marginación y la reducción de las desigualdades sociales y regionales, promoviendo el bienestar de todos y actuando en la protección de los más vulnerables desde un punto de vista socioeconómico, como la población sin hogar, en la lucha contra la LGBTfobia, en el combate al racismo, en la valoración de las comunidades tradicionales, en la protección de los refugiados e inmigrantes, en la defensa de los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad y en la estructuración de políticas para combatir la violencia contra las mujeres.

Dos espacios que fortalecen la inclusión en São Paulo

El Centro de Apoyo a la Inclusión Social para Personas con Discapacidad es un servicio de Protección Social Especial de complejidad media, referenciado por el CREAS (Centro de Referencia de Asistencia Social Especializada), para personas con discapacidad y sus familias.

Tanto el Museo de la Inclusión como el Centro de Apoyo comparten una visión centrada en la autonomía, la igualdad de oportunidades y el ejercicio pleno de la ciudadanía. Desde distintos frentes —cultural y social— ambos servicios promueven el respeto, la participación y la visibilidad de las personas con discapacidad.

Su objetivo es garantizar derechos, desarrollar mecanismos de inclusión social e igualar oportunidades.

El servicio debe fomentar el desarrollo del potencial para realizar actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, así como la adquisición de habilidades, la mejora de la comunicación y la socialización, considerando las necesidades y especificidades de la discapacidad.

Debe desarrollar acciones que se extiendan a los familiares, brindando apoyo, información, orientación y derivaciones, con énfasis en la calidad de vida, el ejercicio de la ciudadanía y la inclusión, además de desarrollar acciones coordinadas con otras políticas públicas, como educación, salud, transporte, deporte y cultura.

Quiénes participan de este espacio de inclusión

Personas con discapacidades intelectuales, físicas, sensoriales o múltiples que son independientes o levemente dependientes en las actividades básicas de la vida diaria (AVD), y personas con trastorno del espectro autista que requieren apoyo leve (I), ambas con un informe o certificado médico que contenga un diagnóstico o hipótesis diagnóstica de la discapacidad, que pueden participar en actividades grupales diarias, de 0 a 59 años y 11 meses de edad, que residen o reciben atención dentro de la subprefectura donde se encuentra el servicio.

Guillermo Whpei

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