La inteligencia artificial irrumpe en el templo de Klimt para denunciar el borrado de la mujer negra

Nota extraída del diario El País
Por David Granda

Hace unas semanas, la cúpula bañada en oro del Pabellón de la Secesión en Viena amaneció negra. La artista Susana Pilar Delahante Matienzo (La Habana, 40 años) había cubierto sus 3.000 hojas de laurel doradas con medias de mujer y, en el mismo tejado del templo ideado por Klimt en 1897 para albergar su subversión contra la Academia, proclamó que su historia personal, la historia de las mujeres negras en Cuba, ha sido saqueada.

Era la primera intervención de su propuesta artística para la Secesión, el centro de arte contemporáneo más antiguo del mundo, que exhibe el Friso de Beethoven de Gustav Klimt. Se desmontó a las dos semanas, lo que duró el permiso de los responsables del patrimonio austriaco, y no se autorizó el acceso de público. La presentó junto con una performance programada para el pasado 27 de agosto y una exposición de 1.750 imágenes generadas con inteligencia artificial (IA), que puede visitarse hasta el 8 de septiembre. Como los personajes creados por una escritora de ficción o una cineasta, Susana Pilar ha concebido un catálogo de ficciones visuales con mujeres negras en situaciones poco comunes.

Un trabajo contra el borrado de la historia. “Mis antepasados no eran esclavos, fueron esclavizados”, dice la artista. “Busco dignificar a las mujeres negras y su representación durante la época de la esclavitud y la colonización. Utilizo la IA como herramienta para crear imágenes históricas que agilicen ese imaginario. Mis antepasados no fueron solo esclavos, tenían cultura, lengua, desarrollo, conocimientos, recursos. Mucho de eso fue destruido, pero gracias al acervo oral de generaciones lo conservamos”.

'Statement' (2024), la intervención de Susana Pilar en Secesión, el pabellón ideado por Klimt en 1897.
© Oliver Ottenschläger
‘Statement’ (2024), la intervención de Susana Pilar en Secesión, el pabellón ideado por Klimt en 1897.
© Oliver Ottenschläger

Ladrones de historias

Como descendiente de africanos y chinos desplazados a la fuerza a Cuba, Susana Pilar se plantó un día en el archivo histórico de la ciudad de Matanzas. No encontró documento alguno. Nadie lo había escrito. “Solo los descendientes de españoles tienen esa información. Los registros fueron inventariados por personas blancas. El archivo no refleja a mis ancestros: refleja a los que los colonizaron. Invisibilizar es una forma de conservar el poder, de mantener la dominación. Decidí llenar con mi imaginación el vacío de lo que me robaron de mi historia familiar y de mi historia personal, y acompañarlo de las historias orales. Para mí es una forma de defender mi patrimonio y demostrar que soy consciente de que tengo una historia que fue eliminada”.

En sus performances, Susana Pilar acostumbra a utilizar su propio cuerpo. Su gran referente es la artista Ana Mendieta (“¿Se la imita mucho? Es un honor que suceda. Están reconociendo su trabajo, algo que no ocurre en Cuba. Ella inauguró el camino de las performances”). En Resistencia, el vídeo que preparó para el DuSable Museum of African American History de Chicago en 2019, intenta mantenerse en pie ante una máquina de aire comprimido. “No ves el aire, la violencia es invisible. El cuerpo se resiste ante algo. Como ese racismo invisible que puede ser tan sutil en Europa. Estaba pensando en mi propia experiencia como mujer negra”.

En su obra para Viena, Achievement (Logros), la artista, que actualmente vive y trabaja en Países Bajos, apostó por una nueva tecnología para crear protagonistas de una historia sin registro visual. Las imágenes, impresas en papel fotográfico y expuestas en el Gabinete Gráfico de la Secesión en un mobiliario de anticuario de estilo Biedermeier, muestran a unas mujeres que han alcanzado el éxito, no solo la libertad, con atuendos elegantes fechados entre los siglos XVI y XIX. “Hay mucho trabajo de selección y edición”, dice Susana Pilar, que utilizó el programa Midjourney. “En el prompt [el texto proporcionado para describir la imagen que se quiere generar con el programa de IA] escribía, por ejemplo: ‘Retrato de mujer afroamericana con vestido victoriano que ríe a la cámara y ha comprado su libertad’. Cuando escribía mujer negra y la fecha y un lugar, el resultado siempre era el mismo: dolor y esclavitud”.

Otra de las piezas de la serie 'Achievement' (2024), de Susana Pilar
Otra de las piezas de la serie ‘Achievement’ (2024), de Susana Pilar

Debate sobre el arte

Su primera inspiración fue el fotógrafo berlinés Boris Eldagsen, que presentó una imagen generada por IA al certamen de la Organización Mundial de Fotografía y lo ganó. Tras renunciar al premio, Eldagsen lanzó el debate que buscaba con su participación: ¿las imágenes generadas por IA son fotografía?

Susana Pilar no lo duda, sí. “El resultado de mi trabajo con IA es el mismo que se consigue con la creación de imágenes de exposición múltiple. Es una fotografía de multiexposición. Hice algo similar en mi obra Pase, acceso ilimitado (2003), una serie de fotografías de doble exposición donde superpongo en la cámara mi cuerpo con el cuerpo de mujeres cubanas que habían sufrido violencia física y no pudieron contarlo”.

Ramon López de Mántaras tampoco lo duda, pero en sentido contrario. Preguntado al respecto por EL PAÍS, el fundador del Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y uno de los pioneros en IA en España, explica: “No tiene nada que ver con la fotografía. Etimológicamente, foto significa luz. Es decir, fotografiar sería algo así como ‘escribir con luz’ y lo que obtenemos es una captura de la realidad mediante un dispositivo que capta y procesa la luz. Una imagen generada a partir de un texto es una imagen sintetizada a partir de un algoritmo. Es un proceso que no tiene nada que ver con el de la fotografía”. Y añade: “La IA generativa es un generador de fakes. En el caso de ChatGPT falsifica personas [hace creer al usuario que está hablando con una persona] y en el caso de Midjourney y similares falsifica fotografías, ya que hace creer al usuario que lo que está mirando es una fotografía”.

A la controversia sobre el arte de la fotografía, se le suman los litigios por infracción de derechos de autor que afrontan programas como Midjourney. Aún no hay sentencia ni regulación, pero un grupo de artistas ha demandado a estas tecnológicas por apropiación de contenido en su base de datos.

En su propuesta de arte conceptual, Susana Pilar expone abiertamente su proceso de creación (incluyendo un catálogo razonado y su propia biografía) y lleva al límite el lema grabado con letras doradas en la fachada de la Secesión (“A cada época su arte, al arte su libertad”). El gran reto que plantean los generadores de imágenes con IA es la certeza de que nos enfrentamos a un escenario visual en el que será difícil distinguir lo real de lo ficticio. El año que viene, en abril, protagonizará una performance en el Museo Thyssen de Madrid. “Hubo una dominación colonial española en Cuba. Veremos si lo abordo por ahí”.

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