
Entre los museos latinoamericanos que centran su actividad en los valores democráticos, su rescate histórico, su fortalecimiento en el presente y para el futuro, y su celebración, se destaca en Latinoamérica el Museo de la Memoria de Chile
Este espacio se ha construido sobre las voces e historias individuales y colectivas, y que funciona también como lugar de intercambio cultural y participación ciudadana.
Museo de la Memoria de Chile
Este espacio, inaugurado en el año 2010, tiene como principal objetivo dar visibilidad a las violaciones a los derechos humanos cometidas por el Estado de Chile entre 1973 y 1990.
Impulsa iniciativas educativas que propician al conocimiento, la reflexión crítica y el debate sobre la importancia del respeto y la tolerancia para que estos hechos nunca más se repitan. En este sentido, el organismo trabaja para fortalecer los procesos de recuperación y transmisión de la memoria histórica.
A través de la exhibición de documentos jurídicos, archivos y objetos en diferentes soportes y formatos, que incluyen no sólo lo visual sino también lo sonoro, se informa y reflexiona sobre el golpe de Estado, la represión, la resistencia, el exilio, la solidaridad internacional y la defensa de los derechos humanos.
Se incluyen además testimonios orales y escritos, cartas, relatos literarios, fotografías y material de prensa escrita, audiovisual y radial. Todo esto conforma un espacio dinámico e interactivo que rescata críticamente la historia reciente de Chile y promueve el respeto por los valores democráticos.
Voces democráticas

Raúl Zurita Canessa nació en Santiago de Chile en 1951, donde pasó su infancia y sus años escolares. En 1967 comenzó sus estudios de Ingeniería Civil en la Universidad Federico Santa María en Valparaíso, así como Matemáticas en la Escuela de Ingeniería Técnica de Santiago. Cuando el 11 de septiembre de 1973 el gobierno socialista de Chile fue derrocado por un golpe militar, Raúl Zurita fue arrestado y detenido con casi mil personas más en la bodega de un barco; una experiencia traumática para el entonces joven de 22 años.
Zurita pasó cuatro años ganándose la vida como vendedor de computadoras durante un período de dificultades económicas. Al mismo tiempo, fue lector invitado en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Chile en Santiago, donde conoció a escritores e intelectuales como Nicanor Parra, Ronald Kay, Christian Hunneus y Enrique Lihn.
El primero de sus poemas publicados apareció en 1975 en “Manuscritos”, la publicación de la Facultad de Filosofía. Cuatro años después se publicó “Purgatorio”, la primera parte de una trilogía poética que Zurita no concluiría hasta catorce años después. El libro fue un gran éxito. Junto con sus amigos, Raúl Zurita fundó el grupo de acción artística “Colectivo de Acción de Arte” en protesta contra el gobierno de Pinochet, pero la desesperación ante el régimen de terror de la dictadura se apoderó gradualmente de él. No queriendo presenciar más el dolor que lo rodeaba, intentó quemarse los ojos con ácido amónico, pero afortunadamente fracasó.
En 1982 se publicó la segunda parte de la trilogía poética de Zurita, titulada «Anteparaíso». La finalización de este libro coincidió con el proyecto de tener 15 versos del poema escritos por cinco aviones en letras de ocho kilómetros de altura sobre el cielo de Nueva York. Estos versos, que Zurita había escrito para llamar la atención sobre las minorías del mundo, se podían ver en gran parte de Nueva York.
En 1984, Raúl Zurita recibió una beca de la Fundación John Simon Guggenheim Memorial por su obra poética. Posteriormente, impartió conferencias en diversas universidades norteamericanas, como Harvard, Yale, Stanford y Berkeley. En 1989, recibió el Premio Pablo Neruda por su trayectoria poética. En 1990, Zurita impartió clases como profesor visitante en la Universidad de Chile y ese mismo año, el gobierno democrático chileno, presidido por Patricio Aylwin, lo nombró agregado cultural de su país en Roma. Durante la Expo 92 de Sevilla, sus obras fueron elegidas para representar la poesía chilena.
En 1993, un extenso tercer volumen concluyó la trilogía poética de Raúl Zurita. «La Vida Nueva» se inspira en la «Divina Comadía» de Dante para rastrear y evaluar la odisea de veinte años de sufrimiento y esperanza del pueblo chileno, y sitúa a su autor en la línea de la tradición literaria y política de Gabriel Mistral, Pablo Neruda y otros formidables poetas chilenos. «Los países muertos», un volumen de poesía, apareció en 2006; Raúl Zurita, quien padece párkinson, declaró que esta era su última publicación.
Zurita será siempre un célebre poeta conocido por su obra políticamente comprometida e innovadora, que a menudo utiliza intervenciones monumentales, públicas y ambientales para abordar el trauma, la violencia y el sufrimiento. Habiendo sobrevivido al encarcelamiento y la tortura durante la dictadura de Pinochet, su escritura y sus acciones están profundamente influenciadas por esta experiencia. Entre sus proyectos más destacados se encuentran escribir un poema en el cielo sobre la ciudad de Nueva York y excavar un poema en el desierto de Atacama.