Un Museo para la Democracia

Hace cinco años abría sus puertas en la ciudad de Rosario el Museo Internacional para la Democracia, una institución pionera en el continente latinoamericano dedicada a promover los valores de la vida en democracia al tiempo que generar conciencia y compromiso activo frente a los peligros y las acechanzas que amenazan la vida en común.

Situado en el Palacio Fuentes, un edificio de altísimo valor patrimonial construido a comienzos del siglo XX, con una arquitectura que se destaca y sobresale en la trama urbana, el Museo ha logrado, a lo largo de estos años, convertirse en un espacio referencial para la cultura de la ciudad pero también del país.

Organizado su guion narrativo en torno a los dilemas y desafíos del sistema democrático en la escena contemporánea, con una fuerte mirada puesta sobre los procesos sociales que hicieron posible la conquista de los derechos que hoy gozamos, cada una de las salas permite a los visitantes adentrarse en la historia social y política del último siglo y medio a través de relatos que nos cuentan nuestros pasados de violencia y dolor pero también de las sucesivas conquistas que nuestras comunidades han logrado alcanzar gracias a la movilización y a sus luchas contra la injusticia.

La sala donde se narra la historia de la esclavitud o aquella en la que se evocan nuestros pasados autoritarios como también el espacio en el que se invita a reflexionar sobre el fenómeno de las migraciones contemporáneas constituyen “zonas” más que significativas de esta puesta museológica que busca alertar y generar conciencia pública.

El Museo Internacional para la Democracia cuenta con una importante colección de objetos históricos que incluye cartas, edictos, Constituciones, decretos, documentos a través de los cuales el visitante puede adentrarse y conocer el espesor de nuestro pasado. El Museo también atesora objetos que, exhibidos junto a relatos y narraciones, hacen posible que al verlos el visitante pueda imaginar y viajar en el tiempo.

El Museo cumple una destacada labor de transmisión educativa. Año a año son miles los estudiantes que pasan por sus salas a los que la Institución les brinda la posibilidad de conocer “de otro modo” cómo fue el pasado, cuáles son los desafíos del presente en el que vivimos.

Sus salas temporales, ubicadas en dos plantas diferentes de la Institución, alojan muestras de artistas y curadores argentinos e internacionales dedicadas a los temas que forman parte de la misión del Museo, exhibiciones que permiten enriquecer el legado que esta Institución pionera en América latina ofrece en cada una de sus propuestas.

El Museo es a su vez miembro de redes, entre otras, de la Federación Internacional de Museos de Derechos humanos, lo cual le permite poner sus acciones y propuestas en diálogo con instituciones europeas, norteamericanas y en especial, con aquellas que forman parte de la región latinoamericana.

A cinco años de aquel 24 de abril de 2019 en que sus puertas se abrieron por primera vez, el Museo Internacional para la Democracia se erige como un poderoso faro que alumbra la escena cultural alentando la mirada y la discusión sobre los debates, siempre apasionantes del pasado, y los urgentes de nuestro presente.

COMPARTIR